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Vol. 10. Núm. 2. Diciembre 2025. Páginas Artículo e16

Revisiones

Efectos de la actividad física sobre la salud mental: una revisión paraguas de carácter integral

Effects of physical activity on mental health: A comprehensive umbrella review

Efeitos da atividade física sobre a saúde mental: uma Revisão abrangente de revisões de caráter integral

Camila Tristancho-Celis1, Laura Parra-Jaramillo1, Cristhian Quiceno-Florez1, Terry Sandberg1, Alejandra Franco2, Diana Salazar-Tamayo1, Michelle Vargas-Galeano1 y Haney Aguirre-Loaiza1

1Universidad Católica de Pereira, Colombia; 2Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia

Recibido a 23 de Abril de 2025, Aceptado a 3 de Noviembre de 2025

Resumen

La Salud Mental (SM) tiene un impacto determinante en la vida cotidiana de las personas y ocupa un lugar cada vez más relevante en las agendas gubernamentales. Sin embargo, el desarrollo de programas eficaces para el tratamiento, la promoción y la prevención en este ámbito continúa siendo un desafío. La Actividad Física (AF) se considera una estrategia potencialmente eficaz para dichos propósitos. Existe una amplia, aunque dispersa y no concluyente, evidencia sobre los efectos de la AF en la SM; por ello, se realizó una revisión de revisiones sistemáticas y metaanálisis. Se identificaron 3,336 artículos en Scopus y PubMed entre los años 2012-2022, de los cuales 197 cumplieron los criterios de inclusión y de calidad metodológica. Tras la extracción de datos, se llevó a cabo un análisis de contenido con el software ATLAS.ti®. Los resultados muestran evidencia sólida de los efectos positivos de la AF sobre la SM, especialmente en trastornos como depresión, demencia y ansiedad, aunque existen menos estudios centrados en dominios positivos (bienestar psicológico, satisfacción, etc.). La AF de intensidad moderada y vigorosa presentó los mejores resultados. No obstante, los tamaños del efecto reportados no son concluyentes y requieren mayor investigación. En conclusión, la AF ejerce efectos positivos sobre la SM, particularmente en contextos clínicos, y presenta un notable potencial preventivo, terapéutico y modulador. Se recomienda desarrollar estudios que controlen con mayor precisión las variables de frecuencia, intensidad, duración y tipo de AF, así como explorar con más profundidad la salud mental positiva y el bienestar.

Abstract

Mental health (MH) has a significant impact on people’s daily lives and is increasingly prioritized in governmental agendas. However, the development of effective programs for treatment, promotion and prevention in this field remains a challenge. Physical activity (PA) is considered a potentially effective strategy for these purposes. Although there is extensive evidence on the effects of PA on MH, it remains scattered and inconclusive. An umbrella review of systematic reviews and meta-analyses was therefore conducted. A total of 3366 articles were identified in Scopus and PubMed between the years 2012–2022, of which 197 met the inclusion and methodological quality criteria. After data ion, a content analysis was performed using ATLAS.ti® software. The results showed solid evidence of the positive effects of PA on MH, particularly in relation to disorders such as depression, dementia and anxiety, while fewer studies have focused on positive mental health domains (e.g., psychological well-being, life satisfaction). Moderate and vigorous PA intensities produced the most favorable effects. However, the reported effect sizes were not conclusive and further investigation. In conclusion, PA exerts positive effects on MH, especially in clinical contexts, and demonstrates strong preventive, therapeutic, and modulatory potential. Further research should better control variables such as frequency, intensity, duration and type of PA, and explore positive mental health and well-being in greater depth.

Resumo

A saúde mental (SM) tem um impacto significativo na vida cotidiana das pessoas e ocupa um lugar cada vez mais relevante nas agendas governamentais. No entanto, o desenvolvimento de programas eficazes de tratamento, promoção e prevenção nessa área continua sendo um desafio. A atividade física (AF) é considerada uma estratégia potencialmente eficaz para esses propósitos. Embora exista ampla evidência sobre os efeitos da AF na SM, ela permanece dispersa e inconclusiva; por isso, foi realizada uma revisão de revisões sistemáticas e meta-análises. Foram identificados 3366 artigos nas bases Scopus e PubMed entre os anos de 2012–2022, dos quais 197 atenderam aos critérios de inclusão e qualidade metodológica. Após a extração dos dados, foi realizada uma análise de conteúdo com o software ATLAS.ti®. Os resultados indicaram evidências consistentes dos efeitos positivos da AF sobre a SM, especialmente em transtornos como depressão, demência e ansiedade, embora existam menos estudos focados em domínios positivos (bem-estar psicológico, satisfação, etc.). A AF em intensidades moderadas e vigorosas apresentou os melhores resultados. No entanto, as dimensões do efeito relatadas não são conclusivas e requerem mais investigação. Conclui-se que a AF exerce efeitos positivos sobre a SM, principalmente em contextos clínicos, e apresenta grande potencial preventivo, terapêutico e modulador. Recomenda-se o desenvolvimento de estudos que controlem melhor as variáveis de frequência, intensidade, duração e tipo de AF, bem como uma exploração mais aprofundada da saúde mental positiva e do bem-estar.

Palabras clave

intervenciones basadas en ejercicio, promoción de salud, bienestar psicológico, prevención de trastornos mentales, calidad de vida

Keywords

Exercise-based interventions, health promotion, psychological well-being, prevention of mental disorders, quality of life

Palabras-chave

intervenções baseadas em exercício, promoção da saúde, bem-estar psicológico, prevenção de transtornos mentais, qualidade de vida

Psicóloga, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0000-6461-5897

Psicóloga, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0005-7462-7417

Psicólogo, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0009-6972-8087

Psicólogo, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0007-4353-2006

PhD en Ciencias de la Motricidad, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia Orcid logo 0000-0002-2845-443X

Psicóloga, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0008-1114-8007

Psicóloga en formación, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0009-0007-9306-1732

Lic. en Educación Física y Deportes, Ph. D(C) en Salud, psicología y Psiquiatría, MSc en Psicología, Universidad Católica de Pereira, Colombia Orcid logo 0000-0002-2582-4941

Introducción

Los modelos de Salud Mental (SM) se fundamentan en la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya sea como punto de partida o como referencia crítica. La SM se conceptualiza como un estado de bienestar emocional, psicológico y social, en el que la persona es capaz de adaptarse a los retos de la vida cotidiana (OMS, 2014). Esta definición subraya que la SM no se limita a la ausencia de trastornos mentales, sino que implica la presencia de un estado positivo que facilita la gestión del estrés, el desempeño eficaz en distintas áreas de la vida y la contribución a la comunidad.

La evidencia que respalda los múltiples beneficios de la Actividad Física (AF) es amplia, incluyendo efectos positivos sobre la Salud Mental (SM) y su potencial terapéutico; no obstante, un factor que dificulta la investigación y limita la implementación de estas recomendaciones es el uso inconsistente de la terminología (Bishop et al., 2024). Existe un consenso general de que la AF comprende cualquier movimiento corporal producido por la contracción musculoesquelética que implique un gasto energético, abarcando desde actividades cotidianas hasta ejercicio planificado o deporte organizado (OMS, 2020). En este marco, el ejercicio físico y el deporte constituyen formas específicas de AF: el primero se caracteriza por ser planificado, estructurado y repetitivo (Caspersen et al., 1985), mientras que el segundo incorpora elementos de organización, reglas y competencia, favoreciendo además la interacción social (UNESCO, 1978). En el presente trabajo, el enfoque se centra en la AF en sentido amplio.

Diversas manifestaciones de la AF, incluido el ejercicio físico y el deporte, se asocian con beneficios significativos para la salud general. A nivel físico, la AF contribuye al fortalecimiento muscular, la capacidad cardiorrespiratoria y la regulación metabólica, además de prevenir enfermedades crónicas no transmisibles y favorecer una composición corporal saludable (Ciria et al., 2023; OMS, 2020; Warburton y Bredin, 2017). Asimismo, constituye una de las intervenciones no farmacológicas más efectivas para mejorar la salud mental (SM) y el bienestar, así como para prevenir problemas o trastornos mentales (Firth et al., 2020). La práctica regular se asocia con mejor estado de ánimo, menores niveles de estrés y reducción de síntomas de ansiedad y depresión (Gordon et al., 2018; Wang et al., 2014). Además, contribuye a la calidad del sueño, la autoestima, la autorregulación emocional y el afrontamiento adaptativo (Barbosa-Granados y Aguirre-Loaiza, 2020), y favorece la interacción social, el trabajo en equipo y la integración social (Eime et al., 2013; Lubans et al., 2016). En el plano cognitivo, la evidencia muestra mejoras en procesos como atención, memoria, velocidad de procesamiento y control inhibitorio (Aguirre-Loaiza et al., 2022; Donnelly et al., 2016; Erickson et al., 2015; Etnier et al., 2019; Hillman et al., 2008; Zheng et al., 2017).

Teniendo en cuenta los estudios previos, la evidencia sugiere una influencia favorable de la AF sobre la SM. No obstante, a pesar de esta abundante evidencia, la literatura presenta limitaciones importantes que dificultan establecer conclusiones sólidas. Entre ellas se incluyen la heterogeneidad metodológica, la variabilidad en el uso de medidas, la falta de especificidad en los reportes de intervención de AF y los resultados inconsistentes, lo que reduce la solidez de las conclusiones (Etnier et al., 2020; Pontifex et al., 2019; Sember et al., 2020; Xiong et al., 2021). Asimismo, se observa una limitada especificidad en la aplicación de los principios FITT-VP —Frecuencia, Intensidad, Tiempo, Tipo, Volumen y Progresión— en relación con la SM (Bishop et al., 2024). Por tanto, permanecen abiertas varias cuestiones clave, como la relación dosis-respuesta de la AF sobre dominios específicos de la SM, su efecto sobre la sintomatología positiva y negativa de los trastornos mentales, y la definición de un protocolo óptimo de AF en términos de tipo, duración, intensidad y volumen que maximice los resultados en comparación con otras intervenciones.

Ante esta evidencia y dispersión de hallazgos, se requieren herramientas que ayuden a sintetizar la evidencia y detectar posibles sesgos en la investigación acumulada (Faulkner et al., 2022). Las revisiones sistemáticas y los metaanálisis son útiles para este propósito, permiten depurar la evidencia e identificar sus alcances y limitaciones. Sin embargo, la proliferación de estos estudios ha generado confusión, debido a la variabilidad en los criterios metodológicos y diferencias en las poblaciones estudiadas y medidas de resultados. Para subsanar las limitaciones se propone el uso de metodologías más integradoras como las revisiones paraguas o umbrella reviews (Faulkner et al., 2022), las cuales permiten depurar «la lluvia de evidencia», y a su vez, ofrecer una visión general más estructurada y consistente de la evidencia acumulada. Estas revisiones se centran en las revisiones sistemáticas y metaanálisis como unidades de análisis, lo que les confiere un alto nivel de síntesis de la evidencia. Además, siguen una estrategia rigurosa de búsqueda, selección, extracción y síntesis de datos (Fusar-Poli y Radua, 2018).

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, una umbrella review, es decir, una revisión de revisiones sistemáticas y metaanálisis sobre la relación entre la AF y la SM, puede generar un impacto significativo tanto en la investigación como en la práctica aplicada. Este enfoque permite identificar nuevas líneas de investigación y respaldar la toma de decisiones en políticas públicas en diversos ámbitos multidisciplinares, incluyendo el campo social, deportivo, sanitario, educativo y organizacional. Por tanto, el objetivo principal de este trabajo es identificar los efectos de la AF sobre la SM en la población general mediante una umbrella review.

Método

La presente es una revisión paraguas (umbrella review) que proporciona una visión integral de los efectos de la actividad física sobre la salud mental, a partir del análisis de múltiples revisiones sistemáticas y metaanálisis (Fernandez et al., 2025). Este estudio se realizó siguiendo las directrices de la declaración PRISMA (Liberati et al., 2009; Moher et al., 2009).

Estrategia de Búsqueda

Se siguió el protocolo PICO: Population - Intervention – Comparison – Outcome (Brignardello-Petersen et al., 2025; Tarsilla, 2010): P: Población general. Sin restricciones, I: Actividad Física, C: No se estableció una comparación explícita en la búsqueda inicial, O: Salud Mental.

La búsqueda se realizó en junio de 2022 en las bases de datos PubMed y Scopus, seleccionadas por su amplio alcance en las áreas de la salud, psicología y ciencias del deporte. La búsqueda se realizó en español e inglés, incluyendo términos y descriptores de acuerdo con el tesauro MeSH. La ventana temporal comprendió los años entre 2012-2022. Se empleó la siguiente ecuación de búsqueda: ((“Physical Activity” OR “physical exercise” OR “ acute exercise” OR “ Isometric exercise” OR “ Aerobic Exercise” OR “ Training exercise” OR “ Active Living” OR “Physical Fitness” OR “exercise” OR “Sports” ) AND ( “Health” OR “ Physical Health” OR “Health Behavior” OR “Well Being” OR “mental health”) AND (“Anxiety disorders” OR “Depression” OR “Affective Disorders” OR “Psychosis” OR “eating disorder” OR “Sleep Wake Disorders” OR “autism” OR “Obsessive compulsive disorder” OR “Substance Use Disorders” OR “Psychopathology” OR “mental illness” OR “Schizophrenia” OR “Dementia” OR “Alzheimer’s disease” OR “Mild Cognitive Impairment”).

Criterios de Inclusión y Exclusión

Los criterios de inclusión fueron los siguientes: (1) artículos publicados como revisión sistemática y/o metaanálisis; (2) estudios que exploren la relación o los efectos de la AF sobre la SM; (3) publicados entre los años 2012 y junio de 2022; (4) artículos en español o inglés; (5) estudios realizados en población humana, sin restricción de edad, sexo, condición física o tipo de AF; y (6) disponibilidad del texto completo.

Los criterios de exclusión incluyeron: (1) estudios primarios, experimentales u observacionales; (2) revisiones narrativas, opiniones, cartas al editor o artículos metodológicos; (3) estudios que no se centraran en los efectos de la AF sobre la SM; (4) artículos publicados en idiomas distintos a español o inglés; (5) acceso limitado al texto completo; y (6) artículos duplicados.

Procedimiento de Selección de Estudios

El proceso de selección se desarrolló siguiendo cuatro fases principales: (1) se aplicaron las ecuaciones de búsqueda en las bases de datos, registrando los resultados obtenidos según título y resumen; (2) se eliminaron los artículos duplicados y se aplicaron los criterios de inclusión y exclusión definidos, considerando título, resumen y palabras clave; (3) se revisaron los textos completos de los artículos filtrados para verificar su pertinencia con el objeto de estudio y los criterios establecidos; y (4) finalmente, los estudios que cumplieron con todos los criterios de inclusión se incorporaron al análisis de la revisión y discusión en torno a los objetivos planteados. El proceso completo se sintetiza en la Figura 1.

Figura 1

Diagrama de Flujo del Proceso de Selección de Estudios Elegibles

Extracción de Datos

Se extrajeron los siguientes datos de los 197 artículos seleccionados para la revisión: (1) lista de autores y año de publicación; (2) tipo de artículos; (3) tamaño muestral en los grupos experimentales y controles; (4) tipo de intervención de AF; (5) resultado evaluado de cada intervención; (6) constructos de SM de cada estudio; y (7) tamaño del efecto. Posteriormente se realizó el análisis de contenido temático mediante el programa ATLAS.ti® (v. 7.5.4) (ATLAS.ti, 2022).

El proceso de análisis del contenido temático, realizado mediante ATLAS.ti, se llevó a cabo en tres fases: (1) codificación inicial, en la que se identificaron fragmentos de los textos que describen efectos físicos, psicológicos, cognitivos y sociales; (2) agrupación de códigos según similitudes conceptuales, lo que permitió conformar categorías temáticas; y (3) síntesis e interpretación de las categorías finales. Las categorías se definieron en función de la presencia o ausencia de efectos y fueron: (1) reducción de síntomas; (2) mejora en la calidad de vida; (3) efectividad comparada con otras intervenciones; (4) baja evidencia; (5) sin impacto; (6) efecto moderado-largo; y (7) efectos pequeños. Estas categorías se generaron mediante un enfoque mixto, combinando criterios deductivos e inductivos. Posteriormente, los resultados se incorporaron al análisis de cada variable de SM, considerando la frecuencia de los estudios.

Resultados

Se analizaron 197 artículos, con un tamaño de muestra total estimado de 4,599,552 participantes. Los principales resultados sobre la relación entre la AF y la SM se clasificaron según el análisis de frecuencia de estudios por dominio de SM (véase Figura 2). Los estudios fueron categorizados de acuerdo con la variable específica estudiada (p. ej., depresión, demencias, ansiedad, entre otras), considerando que un mismo estudio podía abordar dos o más variables de SM, las cuales fueron analizadas de manera independiente.

Figura 2

Análisis de Frecuencia de Estudios sobre el Efecto de la AF en Dominios Específicos de la SM

A continuación, se analizó cada dominio de SM según la evidencia reportada en los estudios, clasificándola como favorable, desfavorable o sin impacto (véase Figura 3). Los resultados muestran que la AF presentó un efecto favorable en un 71–82% de los estudios sobre la SM. En particular, la AF mostró una favorabilidad del 100% sobre el bienestar, según los 15 estudios que evaluaron este dominio. En segundo lugar, la AF mostró un efecto positivo sobre dominios relacionados con el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas.

Figura 3

Análisis de Estudios con Evidencia Favorable, Baja Evidencia y sin Efecto, según el Dominio de SM

Nota. SPA= Sustancias Psicoactivas.

Por su parte, los efectos de baja evidencia representaron entre el 9–21 % de los reportes (franja amarilla en la Figura 3), siendo el dominio de depresión donde se observó el mayor porcentaje de estudios con baja evidencia (21%) en comparación con otros dominios. Finalmente, los reportes que no evidenciaron impacto de la AF sobre la SM (franja roja en la Figura 3) oscilaron entre el 7–18 %. En los estudios sobre trastornos psicóticos, el 18% no mostró efectos de la AF.

Actividad Física y Depresión

Efectos Positivos de la Actividad Física sobre la Depresión

La relación entre la AF y la depresión ha sido ampliamente explorada, siendo el tema con mayor número de estudios identificados en esta revisión (n = 102, véase Figura 2). En individuos con depresión o sintomatología depresiva se observa una tendencia hacia hábitos sedentarios y bajos niveles de AF (Gianfredi et al., 2022; Schuch et al., 2017; Zhai et al., 2015), asociados con una pérdida significativa de las funciones cognitivas y un menor bienestar emocional (Bort-Roig, 2019). El 73% (n = 75 de 103, véase Figura 3) de los estudios que estudiaron el efecto de la AF sobre la SM mostraron efectos favorables.

La evidencia sugiere que la AF puede reducir síntomas depresivos (Almagro-Valverde et al, 2014; Ashdown-Franks et al., 2020; Chen et al., 2021; Dauwan et al., 2016; Davis y McGrane, 2021; Farris y Abrantes, 2020; Gramaglia et al., 2021; Kaur et al., 2020; Li et al., 2019; Mahmoudi et al., 2022; Patel et al., 2012; Rosenbaum et al., 2014; Seo y Chao, 2018; Souza-Moura et al., 2015; Wang et al., 2021), además de mejorar la calidad de vida, los estados de ánimo, el sueño y el funcionamiento general (Brupbacher et al., 2019; Brupbacher et al., 2021; Dauwan et al., 2016; James-Palmer et al., 2020; Zhang et al., 2019b; Zuckerman et al., 2021).

Grupos Etarios: Efectos Positivos de la AF sobre la Depresión

Los efectos de la AF sobre la depresión se observan ampliamente en diferentes grupos etarios. En conjunto, la evidencia respalda los efectos favorables de la AF en la reducción de la depresión. El principal de foco de estudios (n = 18) se ha centrado en niños y adolescentes (Alves-Donato et al., 2021; Anthony et al., 2020; Axelsdóttir et al., 2020; Bailey et al., 2017; Brown et al., 2013; Bursnall, 2014; James-Palmer et al., 2020; Oberste et al., 2020; Radovic et al., 2017; Rodriguez-Ayllon et al., 2019; Wang et al., 2022), y adultos mayores (Bridle et al., 2012; De Sousa et al., 2021; Park et al., 2014; Patel et al., 2012; Mahmoudi et al., 2022; Meikis et al., 2021; Miller et al., 2020). En menor proporción en adultos jóvenes (Marquez et al., 2020).

Comorbilidades de la Depresión: Efectos Positivos de la Actividad Física

Por otro lado, el efecto de la AF sobre la comorbilidad entre la depresión y otras enfermedades ha sido una de las tendencias en la relación de AF y SM. Se han reportado beneficios en pacientes con enfermedades coronarias (Wang et al., 2021), VIH (Heissel et al., 2019; Ibeneme et al., 2022; Nosrat et al., 2017), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Li et al., 2019), enfermedad renal (Chung et al., 2017; Song et al., 2018b), enfermedades cardíacas (Janzon et al., 2015; Jiang et al., 2021), diabetes (Narita et al., 2019; van der Heijden et al., 2013), y otras enfermedades crónicas (Bernard et al., 2018), fibromialgia (Kelley y Kelley, 2014), trastornos neurológicos (Adamson et al., 2015), neurodegenerativos (Cunningham et al., 2020; Junge et al., 2020; Tian et al., 2022), y otras enfermedades mentales (Anthony et al., 2020; Brinsley et al., 2021; Dauwan et al., 2016; Machado et al., 2022; Melo et al., 2016; Zou et al., 2018b). Igualmente, se ha estudiado la depresión en pacientes ambulatorios y hospitalizados (Morres et al., 2018).

Modalidades de Actividad Física y Efectos Positivos sobre la Depresión

Frente a las principales modalidades de AF, 41 estudios reportaron que los efectos positivos se dan con la combinación de programas que incluyen capacidades físicas aeróbicas, resistencia y fuerza sobre la AF (Anthony et al., 2020; Axelsdóttir et al., 2020; Barahona-Fuentes et al., 2021; Bourbeau et al., 2020; Bridle et al., 2012; Brown et al., 2013; Brupbacher et al., 2019; Brupbacher et al., 2021; Carter et al., 2019; Chen et al., 2021; Chung et al., 2017; Dalgas et al., 2014; Dauwan et al., 2016; Davis y McGrane, 2021; Heissel et al., 2019; Hu et al., 2020; Ibeneme,et al., 2022; Josefsson et al., 2014; Kelley y Kelley, 2014; Krogh et al., 2017; Kvam et al., 2016; Machado et al., 2022; Mahmoudi et al., 2022; Mammen y Faulkner, 2013; Miller et al., 2020; Mura et al., 2014; Neill et al., 2020; Pearsall et al., 2014; Perry et al., 2020; Radovic et al., 2017; Rosenbaum et al., 2014; Saligheh et al., 2017; Schuch et al., 2016a; Schuch et al., 2016b; Souza-Moura et al., 2015; Stanton y Happell, 2014; Sun et al., 2018; Tian et al., 2022; van der Heijden et al., 2013; Wang et al., 2021; Wang et al., 2022).

Otro tipo de modalidades que han mostrado eficacia en la reducción de la depresión son las prácticas mente-cuerpo (Yoga, Tai-Chi, Qi Gong, Pilates, etc.). Se hallaron 16 artículos que informaron efectos favorables sobre la depresión (Brinsley et al., 2021; Brupbacher et al., 2019; Cramer et al., 2017; Chang et al., 2019; Guo y Kong, 2019; James-Palmer et al., 2020; Jiang et al., 2021; Klatte et al., 2016; Li et al., 2019; Liu et al., 2015; Miller et al., 2020; Patel et al., 2012; Vancampfort et al., 2021; Wang et al., 2014; Zou et al., 2018a; Zou et al., 2018b).

Tanto las modalidades de capacidades físicas como las prácticas de mente-cuerpo, combinadas con tratamientos psicoterapéuticos y/o farmacológicos, han tenido la mayor probabilidad de ser más efectivas para reducir significativamente la sintomatología depresiva (Bernard et al., 2018; Guo y Kong., 2019; Klatte et al., 2016; Mura et al., 2014; Pritchett et al., 2017; Stanton y Happell, 2014; Vancampfort et al., 2021).

Con base en estos hallazgos, se sugiere que la AF puede ser efectiva tanto para la prevención como para la rehabilitación de la depresión (Almagro-Valverde et al, 2014; Carter et al., 2019; Dishman et al., 2021; Gianfredi et al., 2020; Hu et al., 2020; Mammen y Faulkner, 2013; Pearce et al., 2022; Vancampfort et al., 2017).

Tamaño del Efecto de la Actividad Física sobre la Depresión

Se encontró que 18 estudios que tratan la depresión reportan tamaños de efectos moderados y grandes (Ashdown-Franks et al., 2020; Axelsdóttir et al., 2020; Barahona-Fuentes et al., 2021; Bourbeau et al., 2020; Dalgas et al., 2014; Heissel et al., 2019; Josefsson et al., 2014; Kvam et al., 2016; Martland et al., 2020; Meikis et al., 2021; Miller et al., 2020; Oberste et al., 2020; Schuch et al., 2016a; Wang et al., 2022). Por su parte, en pacientes con lesiones cerebrales traumáticas se encontraron efectos medios y pequeños en la reducción de síntomas depresivos (Perry et al., 2020), mientras que los videojuegos activos o exergames muestran un efecto moderado en la disminución de la depresión (Li et al., 2016) en adultos mayores (Drazich et al., 2020; Yen y Chiu, 2021).

Otros trabajos reportan efectos pequeños significativos (n = 8; Brown et al., 2013; Rodriguez-Ayllon et al., 2019) o enfrentan dificultades para llegar a conclusiones claras debido a la baja calidad de los estudios y la alta heterogeneidad en las metodologías usadas (Axelsdóttir et al., 2020; Dalgas et al., 2014; Krogh et al., 2017; Liu et al., 2015; Marques et al., 2020; Neill et al., 2020).

Baja Evidencia o sin Efecto de la AF sobre la Depresión

En 21 estudios se reportó baja evidencia, mientras que en 7 estudios no se encontró un impacto significativo de la AF sobre la depresión. Algunos autores señalaron que sus resultados no eran concluyentes debido a la insuficiente evidencia (Brondino et al., 2017; Krogh et al., 2017; Li et al., 2019; Neill et al., 2020; Pape et al., 2022; Pearsall et al., 2014; Radovic et al., 2017; Suetani et al., 2019; Sun et al., 2018; Stanton y Happel, 2014; van Der Heijden et al., 2013).

Se observó que la AF no mostró efectos claros en poblaciones específicas, como niños y adolescentes (Axelsdóttir et al., 2020; Dogra et al., 2018), mujeres con depresión postparto (Carter et al., 2019; Pritchett et al., 2017; Saligheh et al., 2017), ni en intervenciones basadas en caminata (Bhatia et al., 2022; Marques et al., 2020) o ejercicios mente-cuerpo (Bauer et al., 2016; Chang et al., 2019; Wang et al., 2014). Además, algunos estudios indicaron que la AF no alivió los síntomas depresivos a corto plazo en comparación con la terapia electroconvulsiva o la medicación (Cramer et al., 2017).

Actividad Física y Trastornos Neurodegenerativos

Efectos Positivos de la Actividad Física sobre los Trastornos Degenerativos

Se analizaron 59 estudios sobre la relación entre la AF y los trastornos neurodegenerativos. De estos, el 73% (n = 43; véase Figura 3) reportó efectos favorables de la AF sobre los trastornos neurodegenerativos. Por su parte, el 10% (n = 6) y el 17% (n = 10) indicaron baja evidencia o ausencia de efecto, respectivamente, de la AF sobre las implicaciones clínicas de estos trastornos (véase Figura 3).

Diferentes modalidades de AF han demostrado mejorar la capacidad cognitiva global en personas con trastornos neurodegenerativos (Balbim et al., 2022; Biazus-Sehn et al., 2020; Cunningham et al., 2020; de Almeida et al., 2020; Gkotzamanis et al., 2022; Huang et al., 2022; Lim et al., 2019; Loprinzi et al., 2019; Su et al., 2020; van Santen et al., 2018; Zhu et al., 2020; Zou et al., 2019).

Se observaron mejoras significativas en dominios neurocognitivos como la atención, memoria, funciones ejecutivas, habilidad lingüística y actividades de la vida cotidiana (Biazus-Sehn et al.,2020; Guitar et al., 2018; Hernández et al., 2015; Horr et al., 2015; Liang et al., 2022; Lü et al., 2016; Zhou et al., 2022a; Zhou et al., 2022b). Las intervenciones de AF combinadas con ejercicios cognitivos y/o medicaciones, han sido efectivas para promover la salud cognitiva en adultos mayores con o sin deterioro cognitivo. Se han mostrado efectos positivos en cognición global, memoria y funciones ejecutivas, y aumentan la conectividad de la red cerebral funcional (Bhattacharyya et al., 2021; Bray et al., 2021; Brett et al., 2016; Gavelin et al., 2021; Law et al., 2014; Lim et al., 2019; Meng et al., 2022; Song et al., 2018a; Whitty et al., 2020; Yang et al., 2020; Zhang et al., 2019a).

También se ha observado que la AF tiene efectos favorables en pacientes con deterioro cognitivo, demencia y Alzheimer (Biazus-Sehn et al., 2020; D’Cunha et al., 2020; Guure et al., 2017; Hui et al., 2021; Lee, 2020; Liang et al., 2022; Lü et al., 2016; Song et al., 2018a; Vancampfort et al., 2020; Venegas-Sanabria et al., 2021; Zhou et al., 2022b; Zhu et al., 2020; Zhou et al., 2022a). También tiene un impacto positivo en otras afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson (Cusso et al., 2016; Marquez et al., 2020; Tian et al., 2022; Tiihonen et al., 2021). Finalmente, se sugiere que la AF puede mejorar la marcha en pacientes con esta condición (Seuthe et al., 2019).

Además, la AF en niveles altos reduce el riesgo de deterioro cognitivo y demencia (Ballarín-Naya et al., 2021; Blondell et al., 2014; Cunningham et al., 2020; Della-Gatta et al., 2021; Guure et al., 2017; Lewis et al., 2017; Lü et al., 2016), y de Alzheimer (Lopez-Ortiz et al., 2021).

Tamaño del Efecto de la Actividad Física sobre los Trastornos Neurodegenerativos

De los estudios de este componente, 6 mostraron que las intervenciones de AF tuvieron un tamaño del efecto de moderado a grande sobre la demencia y Alzheimer (Balbim et al., 2022; Cardona et al., 2021; Ströhle, et al., 2015; Whitty et al., 2020; Zhou, et al., 2022a; Zhou et al., 2022b). Mientras que otro grupo de revisiones informó sobre un efecto de pequeño a moderado en la cognición global (Balbim et al., 2022; Zawaly et al., 2019; Zhou et al., 2022a; Zhou et al., 2022b) y el deterioro cognitivo leve (Ströhle et al., 2015). Específicamente, los trabajos con exergames mostraron efectos grandes en el funcionamiento físico, cognitivo y emocional en personas con deterioro cognitivo, demencia y Parkinson (Barry et al., 2014; van Santen et al., 2018; Zhao et al., 2022).

Baja Evidencia o sin Efecto de la Actividad Física sobre Trastornos Neurodegenerativos

No obstante, otro conjunto de estudios (n = 10, Figura 3) señala que no hay suficiente evidencia para afirmar que la AF reduce los síntomas conductuales y psicológicos en personas con demencia y Alzheimer (Barreto et al., 2015; Brasure et al., 2018; Cardona et al., 2021; Rivas-Campo et al., 2022). Tampoco se observaron diferencias significativas en funciones cognitivas, memoria, funcionamiento ejecutivo y calidad de vida en los grupos de intervención de AF (Brasure et al., 2018; Junge et al., 2020; Ojagbemi et al., 2019; Rodriguez et al., 2021; Song et al., 2018a; Venegas-Sanabria et al., 2021; Zhang et al., 2019a; Zou et al., 2019) o para prevenir el Alzheimer (Frederiksen et al., 2018; Stephen et al., 2017). Por lo tanto, se necesita más evidencia para identificar intervenciones específicas en tipo, frecuencia e intensidad, para cada etapa y tipo de demencia (Liang et al., 2022; Russ et al., 2021).

Actividad Física y Ansiedad

Efectos Positivos de la Actividad Física sobre la Ansiedad

La ansiedad es el tercer componente más estudiado, después de la depresión y los trastornos neurodegenerativos. Según la Figura 3, de 31 estudios analizados en este componente, el 77% (n = 24) de los trabajos informaron un efecto positivo de la AF sobre la ansiedad. Las conclusiones de estos estudios coincidían en que la AF reduce el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad o su sintomatología (Kelley et al., 2018; McDowell et al., 2019; Schuch et al., 2019; Wang et al., 2021; Zuckerman et al., 2021); además, se asocia con una disminución en trastornos o sintomatología ya presente (Ashdown-Franks et al., 2020; Barahona-Fuentes et al., 2021; Chang et al., 2019; Farris y Abrantes, 2020; Machado et al., 2022; McDowell et al., 2019; Stanton y Happell, 2014; Stubbs et al., 2017; Zou et al., 2018b).

Así mismo, la AF ha demostrado tener beneficios en la reducción de la ansiedad en distintas etapas del ciclo vital. Se asocia con mejor calidad de vida y reducción de síntomas de ansiedad en adultos mayores (Kazeminia et al., 2020; Zhang et al., 2019b), adultos (Machado et al., 2022; Zhang et al., 2019b), niños y adolescentes (Andermo et al., 2020; Barahona-Fuentes et al., 2021; Carter et al., 2021; James-Palmer et al., 2020).

También, la AF tuvo efectos positivos en pacientes con otras patologías: enfermedades mentales (Pape et al., 2022), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Li et al., 2019), diabetes tipo 2 (van der Heijden et al., 2013), enfermedad coronaria (Wang et al., 2021), VIH (Heissel et al., 2019) y enfermedades reumáticas (Kelley et al., 2018).

Las intervenciones de AF que tienen mayor impacto sobre la ansiedad incluyen los ejercicios mente-cuerpo (Chang et al., 2019; James-Palmer et al., 2020; Li et al., 2019; Wang et al., 2014; Zhang et al., 2019b; Zou et al., 2018b), ejercicios de fuerza y alta intensidad (Barahona-Fuentes et al., 2021; Martland et al., 2020) y ejercicios aeróbicos (Aylett et al., 2018; Stubbs et al., 2017). Además, las intervenciones combinadas de AF con psicoterapia o medicación tienen mejores efectos (Bernard et al., 2018; Jayakody et al., 2014).

Tamaño del Efecto de la Actividad Física sobre la Ansiedad

Se evidencia que la AF tiene un efecto de moderado a grande sobre los síntomas de ansiedad (Barahona-Fuentes et al., 2021; Heissel et al., 2019; Pape et al., 2022; Stubbs et al., 2017; Zhang et al., 2019b).

Baja Evidencia o sin Efecto de la Actividad Física sobre la Ansiedad

Por su parte, algunos estudios indicaron que no hay efectos significativos de la AF sobre la prevención ni la sintomatología ansiosa (Bhatia et al., 2022; Bourbeau et al., 2020; Neill et al., 2020). Se necesita evidencia más sólida para afirmar la efectividad de la AF sobre la ansiedad (Chang et al., 2019; Machado et al., 2022; Suetani et al., 2019; van der Heijden et al., 2013).

Actividad Física y Trastornos Psicóticos

Efectos Positivos de la Actividad Física sobre Trastornos Psicóticos

Se analizaron 28 estudios sobre la relación entre la AF y los trastornos psicóticos. De estos, 20 estudios (71%; véase Figura 3) reportaron mejoras significativas y favorables de la AF en los trastornos psicóticos. Dentro de la población con trastornos psicóticos existe una inclinación hacia los hábitos sedentarios, los cuales conducen a una pérdida significativa de funciones cognitivas, menor bienestar psicológico y aumento de síntomas negativos (Bort-Roig et al., 2019; Vancampfort et al., 2012a). Sin embargo, la AF puede mitigar estas afectaciones. Según la revisión, se observó una reducción en la gravedad de los síntomas positivos y negativos, una mejora en la cognición global, memoria, atención y calidad de vida (Bredin et al., 2022; Brinsley et al., 2021; Dauwan et al., 2016; Fernández-Abascal et al., 2021; Firth et al., 2015; Firth et al., 2016; Hassan et al., 2022; Marquez et al., 2020; Rosenbaum et al., 2014; Sabe et al., 2020; Shannon et al., 2020; Soundy et al., 2014; Soundy et al., 2015; Swora et al., 2022; Vancampfort et al., 2012b; Vancampfort et al., 2014; Vancampfort et al., 2021; Vogel et al., 2019; Wei et al., 2020; Zheng et al., 2016). Además, puede ser un factor protector en la incidencia de psicosis y esquizofrenia (Brokmeier et al., 2020).

Se destaca que las intervenciones de AF más eficaces se basan en el ejercicio aeróbico (Bredin et al., 2022; Firth et al., 2015; Firth et al., 2016; Hassan et al., 2022; Pearsall et al., 2014; Rosenbaum et al., 2014; Sabe et al., 2020; Vancampfort et al., 2012a) y ejercicios mente-cuerpo (Brinsley et al., 2021; Klatte et al., 2016; Wei et al., 2020; Zheng et al., 2016). Igualmente, se considera que la AF es un complemento eficaz combinado con el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico (Ashdown-Franks et al., 2020; Fernández-Abascal et al., 2021; Klatte et al., 2016; Martin et al., 2017; Soundy et al., 2015; Vancampfort et al., 2021; Wei et al., 2020). Se recomienda la inclusión de la AF en el tratamiento habitual (Stanton y Happell, 2014).

Baja Evidencia o sin Efecto de la Actividad Física sobre Trastornos Psicóticos

Algunos estudios indican que los efectos de la AF en la esquizofrenia son de pequeños a moderados (Fernández-Abascal, et al., 2021; Firth, et al., 2015; Stubbs, et al., 2015; Swora et al., 2022). Sin embargo, otros estudios sugieren cautela en sus conclusiones e insinúan más investigación controlada para identificar los efectos de la AF en estos trastornos (Brokmeier et al., 2020; Stubbs et al., 2015; Zheng et al., 2016). Otras revisiones no hallaron reducción en la sintomatología ni mostraron efectos significativos después de intervenciones de la AF (Bredin et al., 2022; Firth et al., 2016; Pearsall et al., 2014; Stanton y Happell, 2014; Stubbs et al., 2015).

Actividad Física y Consumo de Sustancias Psicoactivas

Esta categoría de análisis es la menos estudiada en la presente revisión. Se encontraron 11 estudios (véase Figuras 2 y 3). Por consiguiente, la investigación de la AF sobre el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas es limitada respecto a otros dominios. Los estudios encontrados hasta el momento (n = 9, 82%) señalan que la AF beneficia la salud psicológica, la calidad de vida, el sueño y reduce la ansiedad en pacientes con drogodependencia (Ashdown-Franks et al., 2020; Brinsley et al., 2021; Cui et al., 2022; Giménez-Meseguer et al., 2020; Gür, 2020; Hallgren et al., 2017; Vancampfort et al., 2021). La AF reduce la ansiedad y depresión en personas con adicción al consumo de sustancias psicoactivas (Cui et al., 2022; Morris et al., 2018). Además, la AF puede ser un factor protector para el consumo de sustancias psicoactivas (Kwan et al., 2014; Zuckerman et al., 2021). Los resultados de intervenciones de AF basadas en ejercicios mente-cuerpo mostraron mayor eficacia en consumidores de sustancias psicoactivas (Brinsley et al., 2021; Cui et al., 2022; Giménez-Meseguer et al., 2020; Vancampfort et al., 2021).

Otros trabajos no muestran resultados concluyentes del efecto de la AF sobre el consumo de sustancias psicoactivas o no encontraron cambios significativos (Hallgren et al., 2017; Suetani et al., 2019).

Actividad Física y Bienestar Psicológico

Efectos Positivos de la Actividad Física sobre el Bienestar Psicológico

Los estudios sobre la relación entre la AF y el bienestar psicológico fueron 15. En comparación con los demás dominios, el bienestar psicológico muestra efectos favorables en todas las revisiones reportadas. Las intervenciones que se basaron en la AF muestran beneficios en la salud mental, y en dominios específicos como la percepción de salud, el bienestar social y emocional, y mejora en la calidad de sueño, la autoestima, la autoconfianza y la resiliencia (Andermo et al., 2020; Carney et al., 2020; Da Silva et al., 2022; English et al., 2021; Lubans et al., 2012; Meikis et al., 2021; Moore et al., 2020; Patel et al., 2012). De acuerdo con el ciclo vital, se encuentran efectos favorables de la AF en niños y adolescentes (Andermo et al., 2020; Rodriguez-Ayllon et al., 2019), adolescentes hospitalizados (Carney et al., 2020), y en adultos mayores (Da Silva et al., 2022). Además, también en otros trabajos en pacientes con VIH se han encontrado efectos de la AF sobre el bienestar general (Nosrat et al., 2017). También se muestra que la AF es una gran medida de rehabilitación desatendida en la atención de la salud mental (Vancampfort et al., 2017).

Respecto a los tamaños de los efectos, la AF tiene un efecto entre pequeño y moderado en los parámetros de SM (Meikis et al., 2021; Moore et al., 2020; Rodriguez-Ayllon et al., 2019; Zhang et al., 2019). Y un efecto pequeño en la interiorización de la SM y la calidad de vida (Bhatia et al., 2022; Chung et al., 2017) en niños más pequeños (Andermo et al., 2020; Rodriguez-Ayllon et al., 2019). Aunque los resultados favorables de la AF sobre el bienestar psicológico son consistentes se observa una gran heterogeneidad en las metodologías (Andermo et al., 2020; English et al., 2021; Lubans et al., 2012), por lo que se sugieren más investigaciones para determinar extraer conclusiones más sólidas (Bhatia et al., 2022; Carney et al., 2020; English et al., 2021; Patel et al., 2012; Wang et al., 2014).

Discusión

La presente umbrella review tuvo como objetivo identificar los efectos de la AF sobre la SM en una población general, a través de artículos publicados entre 2012 y 2022, y cuyo alcance es integral. Se analizaron 197 revisiones sistemáticas y/o metanálisis, cuyos hallazgos se agruparon en seis categorías de análisis, según el análisis de frecuencia de la revisión: depresión, trastornos neurológicos, ansiedad, trastornos psicóticos, consumo de sustancias psicoactivas y bienestar psicológico. A su vez, a través de ATLAS.ti® y después de la extracción de datos, se analizó el contenido de los artículos respecto a los efectos y comparaciones de modalidades de la AF, poblaciones y tamaños de efectos (largo-moderado, pequeño, baja evidencia y sin efecto).

En conjunto, la evidencia sintetizada respalda que la AF tiene efectos favorables sobre la SM. Se observó que entre el 82-71% de las revisiones mostraron efectos favorables de la AF sobre dominios relacionados con la enfermedad mental. En tanto, un 100% mostró un impacto positivo de la AF sobre el bienestar psicológico. En términos generales, la práctica de la AF se reconoce como una estrategia efectiva y complementaria con tratamientos farmacológicos y psicológicos (Chinchilla-Fonseca et al., 2022), capaz de prevenir el desarrollo de trastornos mentales, reducir sintomatología y mejorar el bienestar psicológico tanto de población clínica como de población general (Bernal-López et al., 2023; Firth et al., 2020; González-Vila y Peris-Delcampo, 2024).

Estudios recientes reportan que las intervenciones basadas en la AF pueden mostrar una eficacia comparable a la psicoterapia o incluso a la farmacoterapia en casos de depresión leve y ansiedad (Franco-Gallegos et al, 2025; Recchia et al., 2022; Singh et al., 2023). Esto posiciona a la AF como una intervención de primera línea en SM, con beneficios adicionales en términos de accesibilidad, bajo coste y efectos adversos mínimos. Desde una perspectiva clínica, se ha planteado un debate ético relevante sobre la omisión de la prescripción de AF en el abordaje de trastornos mentales comunes, al punto de considerarse una mala praxis psiquiátrica (Fabiano et al., 2025). La inclusión de AF dentro de los protocolos terapéuticos integrales no solo podría optimizar los resultados clínicos, sino también ampliar el alcance de las intervenciones hacia un modelo más biopsicosocial y preventivo. Además, consideramos que se pueden enmarcar potenciales y prometedoras acciones sanitarias con enfoques promocionales desde las clases de educación física en escolares como una «educación física para la salud en la vida».

Diversos modelos teóricos intentan explicar la relación entre la AF y la SM, abarcando niveles desde lo molecular-celular hasta lo psicosocial. En el plano neurobiológico se ha observado un aumento de la producción de neurotransmisores como endorfinas, serotonina y dopamina tras la práctica de AF (Basso y Suzuki, 2017). Asimismo, se ha documentado un efecto positivo sobre la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, siglas en inglés), implicado en la neuroplasticidad y salud cerebral (Wang et al., 2022b; Zhou et al., 2022c). En el nivel psicológico-cognitivo, la AF favorece y regula estados de ánimo y motivación, y mejora el bienestar psicológico y la calidad de vida (Correa et al., 2025). El impacto de la AF también se ha observado en el procesamiento de la información, con el análisis de dominios cognitivos específicos (e.g., atención, memoria, lenguaje, funcionamiento ejecutivo, etc.) (Reigal et al., 2023; Sánchez-García et al., 2024; Zapata et al., 2025).

La mayoría de las revisiones incluidas se enmarcan en el modelo psicológico, enfatizando los efectos de la AF en la reducción de síntomas o eliminación de trastornos mentales. Esta tendencia evidencia una visión predominante médica y psicopatológica de la SM, la cual, en efecto, no solo condiciona la manera en que se interpretan los resultados, sino que también perpetúa una visión dicotómica entre “salud” y “enfermedad” que puede tener implicaciones éticas y prácticas en la promoción de la salud y en la investigación psicológica. Finalmente, cabe señalar otros modelos integradores como los psicobiológicos, cuya integración biológica y psicológica cobra fuerza en la explicación de la literatura revisada, y conserva, a su vez, los modelos médicos. No obstante, estos modelos presentan limitaciones en dejar de lado factores sociales y estructurales que son determinantes en la relación entre AF y SM.

En cuanto a las variables más estudiadas, nuestro análisis de frecuencias indicó que la depresión es la variable más abordada en la literatura. Los hallazgos muestran efectos prometedores de la AF en la reducción de síntomas depresivos. Sin embargo, los tamaños del efecto no son concluyentes. De igual manera, se observa que ejercicios aeróbicos y combinados con prácticas de mente-cuerpo son eficaces, como también resultan eficaces los tratamientos combinados psicoterapia-AF o farmacológico-AF para la reducción del estrés. Los efectos son favorables a lo largo de todo el ciclo vital, aunque se requiere más investigación en adultos jóvenes. Este análisis observado en la relación AF y depresión, se replica en los demás componentes: trastornos neurológicos, ansiedad, trastornos psicóticos, consumo de sustancias psicoactivas y bienestar psicológico. Cabe mencionar que la relación de AF y bienestar psicológico es contundente, ya que todos los estudios que vinculan estas variables concluyen efectos favorables.

Implicaciones Prácticas

Los hallazgos de esta revisión tienen implicaciones prácticas relevantes. La comprensión de los efectos encontrados en este trabajo de la AF sobre la SM proviene de revisiones sistemáticas y metaanálisis, cuya fuente pretende ser rigurosa. De tal manera que el alcance de esta umbrella review permite una síntesis amplia y comprensión de la AF y SM, permitiendo a su vez, constituir una referencia en la toma de decisiones de los investigadores y profesionales. Para entrenadores y profesionales de las ciencias del deporte, los resultados refuerzan la necesidad e importancia de diseñar programas de AF que no solo promuevan la condición física, sino también el bienestar psicológico. Para médicos y psicólogos se destaca el valor de la AF como herramienta complementaria al tratamiento y la prevención de problemas de SM, e invita a integrarla como parte de las intervenciones terapéuticas y farmacológicas, favoreciendo un enfoque biopsicosocial más completo en se destaca la promoción de la SM. En ámbitos escolares, la promoción de la AF desde la primera infancia hasta la adultez en ciclos terciarios de educación. Por supuesto, estos resultados sirven de panóptico investigativo para la población general, dado que los resultados destacan el valor de la AF como estrategia accesible y sostenible para el cuidado integral de la SM. Finalmente, este trabajo es un insumo para la toma de decisiones y el direccionamiento de políticas públicas en salud mental dentro de las agendas públicas de los países.

Limitaciones y Perspectivas Futuras

A pesar de lo prometedores que son los resultados de esta umbrella review, es importante señalar que existen diversas limitaciones. En primer lugar, esta tiene un alcance de revisión global o integral (Fernandez et al., 2025). Por consiguiente, la perspectiva de los resultados es un amplio espectro que dificulta la precisión de dosis respuesta y criterios del principio FITT (Frecuencia, Intensidad, Tiempo y Tipo) (Bishop et al., 2024), respecto a las variables de SM. En segundo lugar, en su mayoría, los artículos trabajan con poblaciones específicas, ya sea de género, edad o patología mental, por lo que se debe considerar que los resultados están reducidos a conclusiones específicas, por lo que es necesario realizar más estudios con poblaciones más diversas. En tercer lugar, algunos estudios utilizaron una extensa variedad de metodologías, entre ellas diferentes instrumentos para medir un mismo constructo de la SM, el bienestar psicológico y la mejoría en la población, lo que dificulta la sustracción de resultados contundentes. En cuarto lugar, la búsqueda de los artículos incluidos se realizó únicamente en dos bases de datos (PubMed y Scopus), lo cual puede haber limitado la exhaustividad de la revisión; futuras investigaciones podrían ampliar el alcance incluyendo más bases de datos. Finalmente, y dado el alcance de la presente revisión, este trabajo no incluyó una evaluación formal de la calidad metodológica, lo que limita la solidez de las conclusiones; por lo cual futuros estudios deberían incorporar herramientas estandarizadas para garantizar una apreciación más rigurosa de la evidencia, así como actualizar la presente revisión hasta la fecha actual.

Dado que la AF parece tener efectos beneficiosos en la SM, los hallazgos contemplados en este trabajo no son concluyentes. Diversos estudios relatan que este tipo de intervenciones no tuvieron efecto, o no fueron significativos, abriendo el debate sobre la heterogeneidad metodológica y el uso de medidas consideradas en los estudios. Así, teniendo en cuenta la presente revisión, se consideran tres líneas posibles de investigación para el futuro.

(i) Desafíos metodológicos. Los nuevos trabajos requieren tener más control, medidas que contengan evidencias de validez y confiabilidad más fuertes, incluso medidas que vinculen el análisis del cuerpo (e.g., tareas duales) o el uso de enfoques como la cognición corporizada. En consonancia con lo planteado por Tari et al., (2025), los estudios de fuente primaria deben procurar alcances metodológicos longitudinales a largo plazo, diseños armonizados con entornos pre y clínicos, además de protocolos de AF cuidadosamente controlados y repetibles. Así mismo, para estudios con fuentes secundarias y terciarias, hay que considerar la evaluación de calidad de los trabajos a través protocolos de metodología transparentes (e.g., PRISMA, PROSPERO, AMSTAR), inclusive para la investigación cualitativa el uso de CERQual (Confidence in the Evidence from Reviews o Qualitative Research) y CAMELOT (Cochrane Qualitative Methological Limitations Tool) .

(ii) Relación dosis-respuesta de la AF sobre la SM. Se requiere identificar con mayor precisión el alcance de las intervenciones con los principios FITT-VP (Bishop et al., 2024): frecuencia, intensidad, tiempo, tipo, volumen y progresión de la AF. Investigar intervenciones multicomponentes, p. ej., los tratamientos combinados de psicoterapia y AF versus intervenciones farmacológicas y AF. De igual manera, se requiere especificar el impacto de la AF sobre variables específicas de la SM, dominios y mecanismos neurocognitivos específicos que mejor responden.

(iii) AF, bienestar psicológico e intervenciones adaptadas. Una línea de investigación prometedora es la investigación sobre la «salud mental positiva», de modo que complemente la perspectiva psicopatología de la SM. Paralelamente, investigaciones en países en vías de desarrollo, con problemáticas sociales, conflictos internos, de bajos y medianos ingresos; similares a la evaluación a lo largo del ciclo vital. Hay dominios cognitivos y variables psicológicas que señalan pocos estudios en los niños y adolescentes. Del mismo modo, el estudio con deportistas, comparados con otros grupos poblacionales, es limitado, y se constituye en un vacío del conocimiento para atender.

Delineadas las limitaciones y futuras líneas de investigación, el presente trabajo permite tener implicaciones relevantes. Los resultados presentados permiten la toma de decisiones en políticas públicas e intervenciones de grupos e individuos con la pretensión de mejorar la SM a través de la AF en aplicaciones de diferentes campos y relaciones interdisciplinares. Además, los hallazgos son alentadores dada la versatilidad, el acceso universal y la economía de bajo coste que tiene al AF sobre diferentes poblaciones. Lo cual, desde luego, permite acortar brechas del conocimiento y sus potenciales implicaciones.

Conclusión

Se destacan tres puntos: en primer lugar, la presente revisión -umbrella- de revisiones sistemáticas y/o metaanálisis permite afirmar que hay amplia evidencia de los efectos favorables de la AF sobre la SM. Adicionalmente, las investigaciones se inclinan más hacia variables y dominios cognitivos correspondientes a las psicopatologías (e.g., depresión, ansiedad, demencias), dejando de lado el rol modulador de variables positivas vinculadas a la SM (e.g., bienestar psicológico, calidad de vida, satisfacción); en segundo lugar, se confirma que la AF es un co-ayudante eficaz, combinado con tratamientos psicoterapéuticos y farmacológicos, para mejorar la salud mental; en tercer lugar, el rol promotor y preventivo de la AF en SM es un aspecto prometedor que requiere de más investigación.

Para citar este artículo: Tristancho-Celis, C., Parra-Jaramillo, L., Quiceno-Florez, C., Sandberg, T., Franco, A., Salazar-Tamayo, D., Vargas-Galeano, M. y Aguirre-Loaiza, H. (2025). Efectos de la actividad física sobre la salud mental: una revisión paraguas de carácter integral. Revista de Psicología Aplicada al Deporte y al Ejercicio Físico, 10(2), Artículo e16. https://doi.org/10.5093/rpadef2025a16

Referencias

Para citar este artículo: Tristancho-Celis, C., Parra-Jaramillo, L., Quiceno-Florez, C., Sandberg, T., Franco, A., Salazar-Tamayo, D., Vargas-Galeano, M. y Aguirre-Loaiza, H. (2025). Efectos de la actividad física sobre la salud mental: una revisión paraguas de carácter integral. Revista de Psicología Aplicada al Deporte y el Ejercicio Físico, 10(2), Artículo e16. https://doi.org/10.5093/rpadef2025a16

La correspondencia sobre este artículo debe enviarse a Haney Aguirre-Loaiza. Email: haney.aguirre@ucp.edu.co, La correspondencia sobre este artículo debe enviarse a Haney Aguirre-Loaiza. Email: haney.aguirre@ucp.edu.co

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