Algunas de las tareas del psicólogo educativo son, por un lado, valorar y observar cómo está siendo su desarrollo evolutivo: cognitivo, social, emocional y conductual. Así como, determinar si hay que implementar, modificar o reforzar conductas en el repertorio de comportamientos del alumno o alumna. Estableciendo estrategias de intervención comunes con la familia.
Hay que coordinarse en temas como valores, normas y límites; en aspectos del ámbito social y comunicativo, lo que va a hacer que se adapte adecuadamente a las demandas educativas. Con un carácter preventivo.