Con motivo de la celebración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que tuvo lugar el 10 de septiembre bajo el lema “Prevenir el suicidio: tender la mano y salvar vidas” la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA), el Consejo General de la Psicología de España y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid animan a reflexionar acerca de lo importante que es brindar apoyo en la lucha contra el suicidio y reconocen que es necesario fomentar y ampliar los esfuerzos actuales.
Una muerte cada 40 segundos
Cada año mueren por suicidio más de 800.000 personas, lo que supone alrededor de una muerte cada 40 segundos. El número de vidas perdidas cada año a causa del suicidio supera al número de muertes debidas a homicidios y guerras juntos. En 2010 se produjeron aproximadamente 60.000 suicidios en los Estados miembros de la Unión Europea, pero hay grandes diferencias entre países: las tasas de suicido son menores en los países meridionales y máxima en los países bálticos y Europa central. Uno de los grupos más vulnerables a este respecto es de las personas de edad avanzada. Además, cada suicidio conlleva un alto precio desde el punto de vista del sufrimiento y el dolor de los que piensan en acabar con su vida y de sus parientes y amigos íntimos.
En España el suicidio, es la primera causa de muerte no natura. Según últimos datos facilitados por el INE, en el año 2013 la cifra de suicidios en nuestro país fue de 3870 suicidios (2911 hombres y 959 mujeres), lo que representa a cifra más alta de los últimos veinticinco años. Se ha observado un incremento del 22% en los últimos años (2010-2013).
‘Para que las estrategias psicológicas puedan ayudar se necesitan medios’
Según la EFPA, las estrategias psicológicas son de gran importancia para la prevención del suicidio porque implican comunicación y relación, dos condiciones esencialmente psicológicas. El conocimiento científico sugiere algunas maneras de abordar eficazmente el problema: fortalecer a los padres y las familias, fundar guarderías y colegios de calidad, crear barrios seguros e integradores y facilitar el acceso a la ayuda psicológica (incluidas la identificación e intervención precoces) cuando esta sea necesaria. Mediante estas estrategias, los psicólogos pretenden favorecer las relaciones sociales positivas que ayudan a evitar el sufrimiento psicológico de cualquier tipo, también el que conduce al suicidio. Una buena infancia dura toda la vida.
Los psicólogos, como grupo de profesionales, suelen ser los que desarrollan y ponen en práctica intervenciones de salud pública tales como los programas de prevención del suicidio, pueden asesorar a los medios de comunicación en cuanto a su papel en la prevención del suicidio, identifican a las personas de riesgo mediante programas de detección y evaluación en diferentes situaciones, investigan, imparten las intervenciones psicológicas necesarias para ayudar a las personas que sufren o para evitar riesgos mayores y ayudan a los demás a desarrollar sus habilidades psicológicas en este campo. Por este motivo, la EFPA considera que los psicólogos cumplen una función de liderazgo tanto en las administraciones locales y autonómicas como en las nacionales y se les debe proporcionar los medios suficientes para que lleven a cabo su trabajo.
El suicidio, sin embargo es evitable, lo que nos debe animar a todos a reflexionar acerca de la importancia que supone brindar apoyo en la lucha contra el suicidio, especialmente entre las personas de mayor riesgo.