¿Qué ha pasado con la ilusión desde las elecciones de 28-A y 26-M a las de 10-N?

Lecina Fernández Moreno

Psicóloga Clínica

En las elecciones de abril y mayo 2019 los políticos nos proponían a los españoles una “tierra prometida” que llamaron ilusión. Todos los partidos políticos evocaron la ilusión en la campaña electoral. PSOE, PP, Cs, Unidas Podemos y VOX usaron el término ILUSIÓN en su acepción positiva para sus lemas y discursos de campaña. Apelaban a la ilusión que iba a venir con ellos o a la ilusión que tenían que llevar consigo los ciudadanos españoles a las urnas.

Recordemos algunos titulares: PSOE afirmaba: “La ola de ilusión será más grande el 26m” «Llenar las urnas de esperanza, color e ilusión» El concepto ilusión aparece de forma ambigua a modo de metáfora ¿A qué ilusión se refería? ¿De dónde iba a surgir ese tsunami de ilusión que nos iba a empapar a todos? El PP en su lema “Ilusión por España”  Es ambiguo. No especifica qué, quién, cómo, cuándo ni porqué. No hay sujeto ni predicado. No hay acción. Y sin acción no hay ilusión CIUDADANOS afirmaba “Con Ilusión”. “Detrás de cada donante hay una historia de ilusión y ganas de cambio. ¡Comparte tu ilusión!”. “Con ilusión” Es igualmente ambiguo, nos podemos preguntar quién habla y a quién se dirige. ¿Ilusión de los dirigentes por ganar o de los votantes por votar? Da por hecho que los ciudadanos que votan tienen ilusión y se dirige a cada votante en imperativo. Y la ilusión no se puede imponer. UNIDAS PODEMOS decía: “La ilusión es el cambio social y solo juntos y juntas podremos conseguirlo” Si buscamos en los diccionarios españoles no leeremos esta definición de la ilusión, ni tampoco es una descripción que hayan empleado los ciudadanos españoles en los estudios realizados por LAB.IlUSIÓN. Podéis ver este estudio en https://www.copmadrid.org/web/files/9_estudio_la_ilusion_2014.pdf   VOX en su página web afirmaba ‘VOX representa ilusión y esperanza frente al miedo de otros’. Hemos visto por los estudios que hemos realizado que Ilusión y miedo no son necesariamente caminos opuestos, muchas veces caminan paralelo o entrelazados.

Conocer el significado de la ilusión en su acepción positiva en el idioma español no es suficiente para vivirla ni mucho menos para transmitirla. Será necesario conocer qué elementos componen la ilusión y cómo funciona para fomentarla en los demás —si es de vuestro interés este tema podéis leer Ilusión positiva[1]—. Además contamos con el Breve tratado de la ilusión[2] de Julián Marías y los estudios que hemos hecho en LAB.ILUSIÓN que nos ayudarán a leer los lemas de la campaña política de otra manera:

• La ilusión no es algo que esté fuera, como una ola, es un estímulo interno, una emoción, un sentimiento, un pensamiento. Cada persona tiene su propia definición de ilusión y sus propias ilusiones que surgen desde lo más profundo de cada individuo.
• La ilusión no es un objeto que esté sobre la mesa y lo podamos coger con las manos y meter en una urna, no se puede imponer, una de sus características es la libertad, cada persona crea sus propias ilusiones.
• No se puede banalizar, no es un término de brillo superficial, es un concepto de gran dimensión del comportamiento humano que incluye elementos cognitivos, emocionales y de acción. Es un concepto muy serio.

Al no tener en cuenta estas peculiaridades y muchas otras más sobre la ilusión en los lemas y discursos de campaña, se podía prever que esa ilusión prometida y ambigua, presentada sin casilla de salida ni horizonte a dónde se dirigía, utilizada en exceso, sin fundamento ni conocimiento de sus características, se iba a quemar por imponer un término sin su esencia, y que tras las elecciones se disiparía. Ahora, cuatro meses después casi no queda rastro del concepto ilusión, no dejó estela ni forma parte de los discursos en la precampaña electoral de las elecciones de noviembre. Los lemas que metieron con calzador dicho término sin tener en cuenta su profundidad, su funcionamiento y conjunto de comportamientos que implica el concepto ilusión y por tanto el estar ilusionado, han conseguido que desaparezca, que quede olvidada, y que incluso se haya producido el efecto contrario y aquella ola de la que se hablaba sea ahora de desilusión o peor, de olvido o de ninguneo de la ilusión por las personas hacia la política.

Bibliografía

• [1] ILUSIÓN POSITIVA. Una herramienta casi mágica para construir tu vida. Lecina Fernández. Desclée de Brouwer. Bilbao. 2017.
• [2] BREVE TRATADO DE LA ILUSIÓN. Julián Marías.  Alianza Editorial. Madrid.1984.